Por qué la dieta mediterránea guía nuestro menú
Por: Dra. María José Peraza Carvajal (@majonut)
Lo esencial
En Nodo buscamos lo esencial.
Un menú pensado para acompañar una vida activa debía partir de una base confiable y equilibrada.
La dieta mediterránea ofrece justamente eso: una estructura nutricional sólida, sencilla y sostenible.
Principios
Su enfoque es claro:
Carbohidratos de calidad — granos integrales, pan de masa madre, fruta fresca.
Grasas saludables — aceite de oliva, frutos secos, aguacate.
Proteínas en proporción justa — lácteos frescos, legumbres, pescados.
Ese balance brinda energía constante, permite una digestión ligera y facilita una mejor recuperación.
Exactamente lo que necesita quien vive en movimiento.
Actividad física y vida activa
Moverse exige más que esfuerzo físico. Requiere energía constante, bienestar durante el esfuerzo y una recuperación eficiente.
La dieta mediterránea responde a esas necesidades porque:
Aporta energía continua gracias al equilibrio entre carbohidratos de calidad y grasas saludables, evitando picos y caídas en los niveles de energía.
Favorece la recuperación muscular y la adaptación al entrenamiento.
Promueve bienestar y sostenibilidad a largo plazo.
Adaptado a lo nuestro
Costa Rica no es el Mediterráneo, pero compartimos la misma lógica: productos frescos, de origen claro y sabor auténtico.
En Nodo tomamos la estructura de la dieta mediterránea y la adaptamos con ingredientes locales.
Algunos ejemplos:
Montebanano — banano, avena y canela.
Ruta integral — pan integral, maní, mermelada y fruta fresca.
Tosta verde — pan de masa madre con aguacate, jamón serrano y acelga.
Brownie sin azúcar añadida — elaborado con cacao natural y equilibrio real de sabor.
Cada plato tiene un propósito: dar energía antes de salir, apoyar la recuperación al volver o simplemente disfrutar.
Más que nutrición
Comer bien también forma parte del rendimiento y la recuperación.
El momento de la comida no es solo reposición: es parte del equilibrio diario.
En Nodo, cada preparación se diseña con criterio nutricional y una intención clara: cubrir una necesidad real — energía, recuperación o bienestar — siempre con sabor y coherencia con nuestra filosofía.
La dieta mediterránea nos da el marco.
Nuestra tierra le da el carácter.